Para todos los que hacemos jornadas maratonianas, los viernes son un día más o menos complicado. No es cuestión (sólo) de que sea el último de la semana laborable; es que a eso se le suma que es el primer día del fin de semana. Muchos tenemos la suerte de que en la oficina se practica más o menos aquello del casual friday y eso da un poco de carta blanca a la hora de planificar los looks.
Es habitual que el viernes se planifiquen cenas, visitas al cine o copas al salir de la oficina. En ocasiones, sabiéndolo con antelación y si vives más o menos cerca del centro, puedes ir a casa, acicalarte y retomar la actividad; pero puede ocurrir que surjan los planes de manera espontánea y, ni es cuestión de empezar el fin de semana sin haberse quitado de la chaqueta el olor a oficina, ni de ir a la oficina tal que si se hubiera colado uno de día y creyera que es fin de semana. Hay recursos como cambiar los pañuelos y fulares por collares de perlas o abalorios, por ejemplo, y sustituir el zapato de trabajo por un tacón más alto. Pero ¿de veras te apetece ir cargada todo el día sin saber para qué tendrás que vestirte?
La opción está en elegir estilos sencillos: informales pero sofisticados a la vez. Estos son algunos de los que me encontré al terminar mi jornada de viernes...
Alba eligió para el viernes un vestido negro sin mangas de la Royal Collection de Melé, una camiseta gris con manga corta fruncida de los básicos de Zara, americana gris de H&M, botas y también de Melé y un fular negro.
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